viernes, 6 de septiembre de 2019

Viviendo en el futuro (escrito en 2016)


En el futuro ya no es tan importante saludarse todos los días, ni hablar de cosas demasiado personales. No hay policías en la calle, sino cámaras de vigilancia en todos los rincones, hasta en los techos de los trenes. La amenaza de hackeos informáticos es tan cotidiana que la gente tapa constantemente las webcams de sus aparatos. Cualquier parada de colectivo en el barrio más remoto tiene un cartel indicando exactamente a qué hora llega el próximo, y te avisa si está retrasado. En el futuro las bicicletas tienen prioridad, incluso ante los peatones. La gente en un cumpleaños pone música electrónica bien densa, y puede bailarla sin parar por horas y sin tomar ninguna sustancia. Los estudiantes son máquinas avanzadas de hacer resúmenes y diapositivas eficientemente, y pueden resumir textos larguísimos en cuestión de minutos. Ya van tres meses viviendo en el futuro. Digo, en Mainz (Alemania).


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